Quizás todos crean conocerme, y tener el derecho de juzgarme, con sus dedos apuntándome, con sus lenguas demoliéndome.
Agachando la cabeza para reírse de mi, de mi credulidad, de mi inocencia, de mi desatino, de mi torpeza, de mis fracasos y aun en mis éxitos me desacreditan.
Se reúnen a enseñar sus dientes, en este club de la mentira, donde la verdad incomoda, pero no si es dicha a espaldas.
Piensan que me quitan el sueño, o que me siento menos,que equivocados están, solo hacen que yo sea mas fuerte, que resista mas los golpes, que me levante mas rápido.
Por que con sus bocas y vanas adulaciones construyen ídolos de barro, para luego tirarlos abajo, pero a mi no me engañan, su juego es tan evidente, no traten de elevarme con halagos, para que luego la caída sea mas dolorosa. Porque se creen con el derecho, porque no viven sus vidas, porque no critican sus propios defectos.
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