Ese día fui a buscarlos de la terminal, como con su viejo aun no se hablaba no contaba con otra persona. Era un manojo de nervios, parecía padre primerizo, me sentaba, me paraba, miraba el reloj, me peinaba los rulos, miraba el piso, en esa espera interminable, me comían los pensamientos, el momento culmine fue cuando pude ver el colectivo llegando a la plataforma, el corazón se me quería salir por la boca.
La gente bajaba, ellos aun no aparecían, hasta que pude reconocer esos ojos, ese cabellos, esa sonrisa hermosa y llena. Ella corrió, me abrazó, la sujete olvidándome de todo, de Mariano, de Sofia, del mundo. Sus ojos brillaban y por un segundo la sentí completamente mía, en un momento que seria por siempre nuestro, pero aquel castillo termino en el piso desarmándose en mil pedazos cuando Mariano bajó, entonces ella se apartó de mis brazos. La tomó del hombro y dijo "Ahora estoy completo, mi mejor amigo y mi novia".
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