Recuerdo mis días de residente, como una época donde las cosas se acomodaban solas, conviviendo con tantos chicos, que como yo se enfrentaban a lo que seria el resto de sus días, había momentos demasiado duros, y otros en lo que se podía dormir un poco mas.
Sobre Mariano no sabia nada, nunca volvió de Jujuy, lo espere por un tiempo, luego decidí retomar el camino.
Callado observaba la sala de los recién nacidos, tan llenos de luz, tan nuevos, sin pasos dados, sin palabras dichas, todo por hacer, mientras yo sentía que la vida se me pasaba como agua. Una de esas tantas veces fui descubierto por Sofia mi compañera de residencia, se me acerco sujetándome del brazo, "Para ser papá, primero tenes que conseguir novia", luego me sonrió y se fue. Durante un minuto me quede mudo mirando el piso, y en mi mente la voz de Mariano decía "Gil no te das cuenta, te esta tirando los perros!!".
Sofia era demasiado sociable para mi, tenia mas de un amigo, salia los sábados a la noche, cosa que ya era una vida muy agitada para mi estilo, pero no puedo negar que era una mujer hermosa, muy viva, inteligente, se desenvolvía a la perfección, era mas como Mariano. A veces su personalidad tan arrasante, me dejaba paralizado, y me sentía un poco intimidado por ella.
Parecía que yo era su nuevo objetivo, como lo logre "ni idea", solo era yo con mi cara de bobo de siempre, y mi fobia al contacto social. Era demasiado insinuante, al punto de asustarme, de repente se aparecía y me abrazaba desde atrás, o se colgaba de mi cuello, o me tomaba del brazo para caminar por los pasillos. Si Mariano hubiera estado, seguro me decía "Aprovecha hermano!!".
A pesar de ser acosado por una rubia hermosa, seguía pensando en Gloria, a veces me parecía ver su cara entre las personas, o escuchar su voz, pero tenia esperanzas de que esto pronto pasaría.
Parecía el sol ardiente en mis sueños, siempre iluminada, tan extraordinaria, tan distinta a las demás, como si con tan solo ver sus ojos pudieras ver hasta su alma.
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