No fue tan solo la alegría de haberlo encontrado la que sentí, es decir en realidad si, pero no solo por el hecho de que lo había encontrado rápido, sino también porque el estaba bien y lo volvía a ver después de unos meses sin saber nada, apenas me vio me reconoció, yo lo pase de largo al no reconocerlo. Me dio un abrazo largo y fuerte al que correspondí, estaba feliz de verme.
Aunque sospechaba que me habían enviado por el, me pregunto que hacia en ese lugar, claro que le dije la verdad, era una tontera andar con vueltas, a lo que el solo me miro, y me dijo "No puedo volver", sorprendido por su respuesta, no entendía que era eso tan fuerte que había pasado que no quería volver, y no me sentía con la comodidad como para preguntárselo, solo le dije "Pero que vas a hacer aquí?", el sonrió, de tal manera que sentí hasta envidia de esa alegría tan pura, tan sincera, y tan desconocida para mi.
Aquel día quede mas confundido que nunca, Mariano seguía sin decir lo que había pasado, o lo que pasaba, ya ni sabia si era bueno o malo, si era mejor para el quedarse allí, o si debía dormirlo y sacarlo de aquel lugar contra su voluntad.
Conseguí al menos que se quedara conmigo en el hospedaje, que se diera un baño y se arreglara un poco, eso si que le hacia mucha falta. En apariencia por lo menos, era el viejo Mariano, solo que el contenido, lo de adentro ya no era lo mismo.
En la historia de Mariano había dos porque:
*Porque se había ido
*Porque no quería volver
Era posible que los porque fueran los mismo, pero en este caso eran distintos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario